martes, 17 de noviembre de 2020

Formación del suelo y erosión

 



En la entrada anterior hablamos sobra la importancia de tener un suelo vivo mediante la adición de materia orgánica, en ésta ocasión entraremos a un tema más técnico pero igual de importante: El cómo se forma el suelo y que acciones ha hecho el ser humano para acabar con él, así como lo que podemos hacer para evitar, retrasar o prevenir la erosión o la pérdida del suelo.

El suelo como lo conocemos se ha formado a través de millones de años mediante continuos ciclos naturales en los que los procesos de su formación desempeñan un papel importante.

El científico Hans Jenny en 1941 fue el primero en definir los factores de formación del suelo en su libro “Factors of Soil  Formation: A System of Quantitative Pedology”, en el cual plantea que la formación del suelo está influenciada por cinco factores (activos y pasivos):

 

Factores activos:

  • Clima, particularmente la temperatura y la lluvia, el ciclo de calor y frío puede llegar a romper las rocas en pequeños fragmentos que se van integrando al suelo, así mismo la lluvia va "lavando" las rocas, depositando pequeñas partículas de minerales poco a poco hasta que en las partes bajas se almacenan formando suelos profundos.
Las figuras caprichosas de ésta roca han sido moldeadas por acción de lluvia.
  • Biota (organismos), los seres vivos tambien ayudan a la formación de los suelos, como las lombrices que fragmentan y transforman los materiales orgánicos o las raíces de los árboles que pueden romper las rocas.
Este es un ejemplo de cómo un árbol con sus raices puede llegar a fragmentar una enorme roca.


 Factores pasivos:

  • Material parental o roca madre. Como hemos visto, las rocas (los fragmentos y minerales que contienen) son el material principal del suelo en un sitio determinado, este material parental determinará los minerales y nutrientes que predominarán en el suelo.
  • Relieve o topografía. La ausencia o presencia de accidentes topográficos como lomas, montañas, valles, etc., influye en la distribución del agua de lluvia, es decir los escurrimientos que habrán y hacia dónde se dirigirá esa agua (arroyos, ríos, lagos, etc.), por lo que afecta directamente en el proceso de la erosión hídrica y de la sedimentación de todo el material que el agua arrastra consigo.
  • Tiempo. Es el factor final, ya que para la formación de 1 cm de suelo tienen que pasar cientos o en ocasiones miles de años.

 

Erosión

 

Cuando la agricultura se desarrolla en condiciones de laderas, la erosión es la causa principal de destrucción del suelo. Por efecto de la lluvia y el viento, terrenos plantados con monocultivos anuales (como maíz) pueden perder hasta 200 toneladas de suelo por hectárea al año y con ello:

  • 200 kg de nitrógeno
  • 300 kg de fósforo
  • 2000 kg de potasio
  • 2000 kg de materia orgánica
  •  y muchos kilogramos de micronutrientes, entre otros.

Si no se controla a tiempo, la erosión continuará hasta llegar a la roca madre y poco a poco el agricultor irá notando que las raíces tienen más dificultad en profundizarse y tomar los nutrientes, que el suelo es cada vez más delgado, retiene poca agua y los efectos de la sequía son mayores. 


Al no poder infiltrarse, el agua escurrirá y se llevará aún más suelo, dificultará cada vez más las labores y el crecimiento de las plantas. Finalmente, será un yermo rocoso en donde será imposible cultivar algo.


Esta fotografía representa a un leptosol, un suelo con escasos centímetros de profundidad, en donde es poco probable que se pueda cultivar algo.

 

Existen muchas malas prácticas que aceleran la erosión:

Siembras a favor de la pendiente, araduras profundas, el monocultivo, la no consideración de la agroforestería, el uso de productos agroquímicos, la quema de pastos, dejar el suelo descubierto mucho tiempo, la no incorporación de materia orgánica, el no uso de barreras vivas, el sobrepastoreo, la falta de una conciencia forestal, etc.

Pero, la erosión del suelo también puede suceder en lugares de baja pendiente por el mal uso del riego, que puede llevarse las capas superficiales del suelo. 

Asimismo, el viento (erosión eólica) puede transportar toneladas de suelo de un lugar a otro. En estos dos casos, las partículas más finas, principales responsables de la fertilidad del suelo, son transportadas con mayor facilidad.

 

¿Cómo controlamos la erosión?

 

Dependiendo de las condiciones de nuestro terreno, pueden llevarse a cabo diversas prácticas:

  • Siembra en curvas de nivel
  • Construcción de terrazas
  • La labranza mínima
  • Zanjas de infiltración
  • Uso de barreras vivas-productivas
  • Agroforestería
  • Asociación y rotación de cultivos
  • Abonos verdes
  • No quema de pastos
  • Cortinas rompeviento, etc.


Estas son terrazas de cultivo, esta es una fotografía del cultivo de arroz en China, en donde aprovechan las zonas montañosas creando estas terrazas de acuerdo a las curvas de la misma montaña, evitando la erosión y aprovechando espacios que de otra manera serían difíciles de cultivar.


Esta es una planta utilizada como abono verde, se utilizan generalmente diferentes especies de leguminosas (como los tréboles) que se dejan crecer y posteriormente se incorporan con el suelo aportando nutrientes de las mismas plantas y de las micorrizas que las acompañan en sus raíces.


Este es un sistema de agroforestería, existen muchos modelos, cambiando las especies de árboles y de las plantas acompañantes, pueden usarse árboles maderables y abajo pastos para alimentar ganado, pueden ser árboles frutales y acompañarse con un sistema de milpa (maíz, frijol y calabaza), pueden utilizarse magueyes mas maíz, en fin, la lista de posibilidades es infinita y siempre consiste en una hilera de plantas de porte alto y perennes como los árboles acompañada de plantas anuales o pastos para ganado.


Esta es una barrera viva o cortina rompevientos, la función de la hilera de árboles es detener, aminorar o desviar las ráfagas de viento que puedan llevarse el suelo de la zona de cultivo.


Con estas y otras prácticas podemos ayudar a mantener los suelos y evitar su perdida por erosión, si quieres saber más al respecto puedes encontrar más información en los siguientes enlaces:

http://www.caminosostenible.org/wp-content/uploads/BIBLIOTECA/Manual-Agricultura-Eco.pdf

https://www.intagri.com/articulos/horticultura-protegida/los-factores-de-formacion-del-suelo


Y finalmente, recuerda seguirnos en Facebook e Instagram donde nos encuentras como Huerto El Danzante.

¡Hasta la próxima!


domingo, 11 de octubre de 2020

¡El suelo está vivo!

 


Siguiendo el empuje del documental “Kiss the ground (Besa el suelo), disponible en una plataforma de streaming (y que recomendamos extensivamente que lo vean), vamos a comenzar una serie de posts sobre el SUELO y su importancia en un sistema de cultivo, sus características, cómo cuidarlo y regenerarlo, todo dentro de un enfoque agroecológico; ya que muchas veces los problemas, desnutrición, enfermedades o muerte de nuestras plantas en el huerto tienen mucho que ver con un mal suelo o un mal manejo del mismo.

Entender esta parte teórica de uno de los factores más importantes de un huerto -el suelo- nos ayudará a comprender mejor cómo funciona este ecosistema[1] llamado nuestro huerto.

Lo primero que debemos entender es que un suelo sano es un sistema vivo, contiene cantidades inimaginables de micro y macroorganismos: hongos, bacterias, nemátodos, protozooarios, insectos y ácaros, así como las raíces de las plantas, cultivadas o no.


Fig 1. Ejemplos de la gran diversidad de organismos que encontramos en un suelo sano.

 

Todo este conjunto de organismos vivos forma cadenas de alimentación entre ellos, algunos son benéficos para nuestro huerto, otros hay que controlarlos -no eliminarlos- para tener buenas cosechas.

Tenemos organismos benéficos como los hongos micorrizicos que ayudan a las raíces de las plantas a absorber diferentes nutrientes, o a las lombrices de tierra que airean el suelo y que comen materia orgánica en descomposición para liberar humus que a su vez es aprovechado como nutrientes por las plantas, pero también podemos encontrar nemátodos que pueden afectar las raíces o insectos como las larvas de escarabajo (gallina ciega) que pueden ser un gran problema en el huerto.


Fig 2. Del lado izquierdo un suelo sin micorrizas, las raíces absorben los nutrientes que se encuentran en contacto con sus raíces. A la derecha las micorrizas ayudan a las raíces a alcanzar un área más grande y tienen mayor disponibilidad de nutrientes.


Fig 3 y 4. La gallina ciega, que es la larva de un escarabajo, en un suelo dañado puede causar mucho daño al cultivo.


Sin embargo, como en cualquier ecosistema, la pérdida de ésta gran diversidad de seres vivos por el efecto de malas prácticas como la aplicación constante de agroquímicos -fertilizantes, insecticidas, fungicidas, herbicidas- provoca que todos estos organismos mueran, dejándonos un suelo muerto.


Fig 5. Un suelo muerto no produce nada, no contiene materia orgánica ni organismos, sus nutrientes son fácilmente lavados por la lluvia (erosión).


Perder la diversidad en el suelo nos lleva a problemas de plagas o enfermedades en las raíces, ya que al romper la cadena de alimentación de los insectos u hongos, estos en lugar de alimentarse de lo que normalmente lo hacen, comerán lo primero que encontrarán: nuestras plantas.

Un proceso lento pero seguro para recuperar un suelo muerto en superficies pequeñas como un huerto familiar es añadiendo materia orgánica: composta, estiércol, humus de lombriz. Esta materia orgánica puede agregarse antes de cada ciclo de cultivo y con el tiempo lograremos un suelo rico en nutrientes y en diversidad biológica.

Esperamos que este post les haya gustado, no dudes en compartirnos y darle like a nuestra página en facebook: Huerto El Danzante.



[1] Un ecosistema es un sistema biológico constituido por una comunidad de organismos vivos y el medio físico (ambiente) donde se relacionan.

lunes, 27 de julio de 2020

Cuidados en semillero



La etapa de semillero es de las más críticas en cualquier cultivo ya que es cuando las plantas son más pequeñas y débiles por lo que debemos protegerlas de cualquier peligro que pudiera afectarles.

La mayoría de los factores que pueden matar nuestras plántulas son ambientales: una helada, mucho o poco sol, exceso de radiación, un mal sustrato; pero también nos podemos encontrar con problemas de plagas o enfermedades, aquí hablaremos de todos ellos y de cómo solucionarlos.



FACTORES AMBIENTALES

Las heladas pueden ser un gran problema en muchos lugares con inviernos fríos, lo ideal para evitarlas es NO sembrar durante los meses de invierno o sembrar únicamente especies que soportan los fríos como la familia de las Brassicas: coles, brócoli, coliflor, así como ajos, lechugas, zanahorias pueden soportar heladas ligeras. 

Aún así una helada muy fuerte puede afectarlas si están muy pequeñas, por lo que habrá que cubrirlas con plástico, creando pequeños invernaderos que les ayudarán a mantener temperaturas adecuadas, una idea muy útil es reciclar botellas grandes de pet cubriendo individualmente las plántulas.




Por otro lado, durante el verano, en muchos lugares las temperaturas pueden subir demasiado y la radiación ser tal que las plántulas sufrirán por ello, en ese caso hay que elegir correctamente el sitio donde coloquemos nuestro semillero que cuente con semisombra o colocar malla sombra. 



Sin embargo, demasiada sombra puede ser perjudicial ya que las plántulas pueden llegar a etiolarse o elongarse dejándolas muy débiles (Puedes ver nuestro post anterior). Busquemos entonces un lugar donde llegue el sol la mayor parte del día, pero que no sea directo, en una ventana, en un corredor o balcón, abajo de un árbol no tan frondoso, en una estructura cubierta con malla sombra del 35%, cualquiera de ellos son buenos sitios para colocar nuestros semilleros dependiendo del espacio y los recursos con los que contemos.


FACTORES BIOLÓGICOS

Las enfermedades por hongos son el mayor problema a vencer durante la etapa de semillero, éstas pueden prevenirse aplicando la cantidad necesaria de agua, regar en exceso nos traerá hongos, los cartones de huevo o rollos de papel higiénico, etc., pueden provocar hongos; una charola de germinación que no se haya lavado y desinfectado previo a la siembra también puede afectarnos, es por eso que todo contenedor que utilicemos para el semillero debe lavarse y desinfectarse con una solución de agua con cloro, esta solución se prepara agregando 200 ml de cloro a una cubeta de 20 litros de agua.

Una vez que ya están nuestras plantitas germinando, la mayor afectación que encontraremos será el denominado "Damping-Off", es una combinación de diversos hongos que atacan en el tallo de las plántulas, las cuales finalmente mueren. Para evitar éste daño debemos regar de manera correcta (nunca en exceso) y podemos hacer aplicaciones preventivas de un fungicida a base de azufre o cobre, yo utilizo oxicloruro de cobre, pero el sulfato de cobre también puede ayudarnos, ninguno de ellos afectan a los insectos, animales ni al ser humano y se acepta su uso en los cultivos orgánicos.



Otro fungicida casero que podemos usar es la mezcla de leche con bicarbonato de sodio:

800 ml de agua de lluvia o agua de la llave reposada por dos días para quitar rastros de cloro.
200 ml de leche semidescremada
20 gr de bicarbonato de sodio

 
En el caso de las plagas, si tenemos nuestro semillero bien resguardado no debería haber problemas, aunque podemos encontrar en ocasiones gusanos o chapulines que quieran comerse las plántulas, en ese caso se pueden utilizar aplicaciones de algún insecticida a base de neem.


Espero que estos consejos hayan sido de utilidad, te pido que nos visites en nuestra página en Facebook, donde nos encuentras como Huerto El Danzante y nos des un like :)

También puedes visitar las otras entradas del blog en donde tenemos más consejos e información para tu huerto.





viernes, 17 de julio de 2020

¿Cómo hacer un buen semillero?



Una parte crucial para el éxito de tu huerto es hacer un buen semillero, el cual debe permitir la germinación de las semillas y que las plántulas tengan un desarrollo óptimo, tanto en la parte aérea como en sus raíces.

Para lograr ésto debemos tener en cuenta varios factores que afectarán a nuestras plantas pequeñas y que son: contenedor, sustrato, humedad, nutrición, radiación y protección.

CONTENEDOR

Elegir el mejor contenedor es algo fundamental, debe ser del tamaño adecuado para que las raíces de nuestras plantas puedan crecer adecuadamente, es por eso que quiero hacer un paréntesis en éste aspecto y hablar un poco sobre los contenedores "reciclados" que se han puesto tan de moda entre los huerteros novatos.

Todos hemos visto en internet fotos de cartones de huevo, cáscaras de huevo, rollos de papel higiénico, periódico, etc. utilizados como contenedores para el semillero y hay que aclarar algunos puntos. 

Tanto los cartones de huevo como las mismas cáscaras de huevo no son funcionales para germinar debido a que:
  • No tienen el tamaño suficiente para que la planta desarrolle una raíz sana, por lo que las plantitas  que se pretendan germinar en ellos quedarán chicas, débiles y poco aptas para su trasplante posterior.
  • El riego deberá ser muy constante, incluso de varias veces al día ya que la pequeña cantidad de sustrato no retendrá la suficiente humedad.

Los rollos de papel higiénico y el periódico doblado si pueden funcionar como semilleros, ya que tienen el suficiente volumen para que las raíces desarrollen un tamaño adecuado y la humedad del sustrato sea suficiente.




Sin embargo, es recomendable el uso de contenedores hechos a propósito para la germinación de plantas, tal es el caso de las charolas de germinación o incluso macetas pequeñas.




SUSTRATO

Un sustrato es todo material sólido distinto al suelo, puede ser natural, de síntesis o residual, mineral u orgánico, que, colocado en un contenedor, en forma pura o en mezcla, permite el anclaje de las raíces sirviendo de soporte para la planta y que puede o no aportar nutrientes a la misma.

En agricultura existen diversos tipos de sustratos o mezcla de los mismos dependiendo del uso que se le vaya a dar, encontrando sustratos aptos para plantas de ornato, para suculentas, para germinación, para hidroponia, etc. En este caso hablaremos del sustrato para germinación de hortalizas. 



El sustrato ideal constará de una mezcla de turba (o fibra de coco), perlita y lombricomposta (humus de lombriz) en una proporción de 60:20:20, esto nos dará un sustrato con las características físicas y nutrimentales óptimas que nos darán plántulas fuertes y vigorosas listas para su trasplante. Estos materiales pueden conseguirse en tiendas en línea, o tiendas especializadas de materiales agrícolas.



Si se nos es difícil conseguirlos, se puede utilizar también una mezcla de composta (o lombricomposta), tierra de hoja y arena a una proporción de 70:20:10, o incluso si podemos permitirnos el gasto, podemos comprar sustrato especial para germinación en algunas tiendas de autoservicio.



HUMEDAD Y NUTRICIÓN

La cantidad de humedad en el sustrato es indispensable, mucha agua nos puede traer problemas con hongos, poca agua provoca estrés o incluso la muerte a las plántulas, es por eso que el riego debe ser moderado, generalmente un riego diario en la mañana o en la tarde es suficiente. En cuanto a la nutrición, si pudimos agregar lombricomposta a nuestro sustrato, eso sería suficiente para que la planta se alimente hasta el momento de su trasplante, aunque puede ser posible que 10 días después de la emergencia de la planta se agregue humus de lombriz diluida con el agua de riego.

Una plántula bien regada y nutrida debería verse así: con raíces bien desarrolladas, hojas fuertes de color intenso.





RADIACIÓN

Nuestras plantas deben recibir la cantidad suficiente de radiación solar, no debemos olvidar que ellas viven debido a la fotosíntesis que realizan gracias a la radiación solar, por lo que debemos tener nuestros semilleros en un sitio en donde les llegue una buena cantidad de sol. Podemos tenerlas junto a una ventana que tenga por lo menos 4 a 6 horas de sol diarias, o en el patio resguardadas con una media sombra en caso de que tengamos altas temperaturas.

Si no se le proporciona la suficiente radiación a nuestras plántulas, éstas se elongarán o etiolarán, es decir que se alargarán buscando el sol, logrando plantulas de tallos delgados, largos, débiles y quebradizos.





PROTECCIÓN

El semillero debe estar de preferencia en un lugar resguardado de granizadas, heladas, lluvias intensas, animales domésticos e insectos. Ya sea que construyamos un pequeño invernadero en donde las coloquemos o algún otro tipo de estructura que pueda proteger las plántulas de cualquier afectación.



Espero que esta información haya sido lo suficientemente clara, no olvides dejarme tus comentarios o dudas y darnos like a nuestra página de facebook. Te espero la próxima semana con más información para tu huerto.


jueves, 16 de julio de 2020

¿Qué necesito para un huerto en departamento (balcones, ventanas y azoteas)?


Viviendo en la ciudad nos parecería casi imposible poder cultivar nuestras hortalizas, ya que la superficie de suelo es muy reducida o inexistente y cuando hay, muchas veces es suelo de mala calidad; por eso, hoy hablaremos de qué necesitamos y cómo iniciar un huerto en la ciudad.

Recipientes

Lo primero que necesitaremos son los recipientes en donde colocaremos nuestras plantas, existen de varios tipos, tamaños y precios, el que elijamos dependerá de nuestro espacio disponible y de nuestra economía.

Las más caras son las mesas de cultivo, elaboradas en madera casi siempre y recubiertas con un plástico resistente que tenga orificios que permitan el drenaje de excesos de agua, éstas pueden colocarse en patios, terrazas, balcones o azoteas y por su altura son ideales para adultos mayores o con problemas de espalda ya que evitan que tengan que agacharse. El tamaño de la cama dependerá de nuestro espacio y de cuánto queramos gastar, la principal demanda es que debe tener mínimamente de 25 a 30 cm de profundidad.

Las macetas son ideales para iniciar ya que son muy prácticas, económicas en muchos casos y se pueden adaptar a todo tipo de espacios pudiendo moverse cuando sea necesario. Debemos elegir macetas que tengan agujeros para drenaje, si reutilizamos cubetas viejas hay que hacerles los agujeros en el fondo.

El tamaño de la maceta determinará el cultivo que podamos colocar en ella, para tomates, chiles, pepinos, calabazas necesitaremos macetas de al menos 16 litros, las cubetas de pintura de 20 litros son ideales para este propósito. Las lechugas, rábanos, espinacas, zanahorias, fresas y aromáticas en general se pueden utilizar macetas de 3 a 4 litros, es decir, de aproximadamente unos 20 a 30 cm de profundidad. Las macetas alargadas también nos pueden funcionar.

 

Ubicación

En la azotea es ideal pues se reciben las horas de sol necesarias para todos los cultivos, si usamos un balcón o una ventana, debemos asegurarnos de que le llegue sol directo por lo menos 4 a 6 horas del día.

 

Sustrato

Debido a que no contamos con un suelo, debemos asegurarnos de proporcionar un buen sustrato a nuestras plantas y esto es comprándolo. Se puede comprar en viveros o tianguis tierra de composta, la cual es una buena opción pero en ocasiones puede venir con insectos como gallina ciega que pueden ser perjudiciales, otra opción mas cara es comprar la tierra para maceta que ya se vende empaquetada la cual en su mayoría nos asegura un sustrato sin bichos ni hongos. Esta tierra compondrá el 60 % de nuestro sustrato, el resto será de 40 % lombricomposta, lo que nos dará los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas, si se pudiera conseguir perlita (agrolita) podemos agregar 30 % lombricomposta y 10 % perlita.


Semillas

Las semillas se consiguen fácilmente en la sección de jardinería de cualquier supermercado, en el caso de lechugas, aromáticas, rábanos, calabazas, cilantro, es ideal sembrar directamente en la maceta que los tendrá durante todo su ciclo. Con tomates, pepinos, chiles y calabacitas hay que utilizar un semillero y trasplantar posteriormente. Hablaremos después de cómo hacer nuestro semillero.

 

Esperamos que esta información haya sido de su agrado, no olviden darnos like en facebook y compartir con quien piensen que pueda interesarse de esta información.


¿Que necesitamos para comenzar nuestro huerto familiar?



En esta ocasión hablaremos de un huerto en suelo, en donde podemos utilizar nuestro jardín o cualquier espacio con suelo desde 1 m2 hasta terrenos amplios de más de 100 m2.

Lo primero que debemos hacer es elegir el lugar en donde colocaremos nuestro huerto, siguiendo los puntos que enumeramos a continuación:


  • El lugar debe tener de preferencia un suelo adecuado: profundo, suelto, sin rocas grandes, ni muy arcilloso ni muy arenoso. Si el terreno no tiene estas características, podemos formarlo poco a poco, por lo que se sugiere hacer el sistema denominado “bancal profundo” (el cual hablaremos en un próximo post) para ahí comenzar a formar nuestro suelo quitando piedras grandes y añadiendo composta y mucha materia orgánica que nos ayudará a tener los nutrientes y características físicas ideales para nuestras plantas.
  • Los bancales del huerto deben orientarse a lo largo de norte a sur para que nuestras plantas reciban la mayor cantidad de luz posible.
  • El huerto debe estar junto a una cerca o algunos árboles para protegerlo de los vientos fuertes.
  • Hay que cercarlo bien para impedir la presencia de animales silvestres y domésticos, los gatos y perros pueden ser muy dañinos para el huerto al rascar el suelo por diversión o para hacer sus necesidades.
  • El tamaño de nuestro huerto dependerá de las necesidades de la familia y/o del terreno disponible, es posible producir algunas plantas en un espacio hasta de un metro cuadrado.

 

Esperamos que esta información les sea de utilidad, nuestro siguiente post hablará de los huertos urbanos en donde incluso en un departamento podemos llegar a cosechar algunas verduras.

No olviden darnos like en facebook y compartir a las personas que crean que pueda serles de utilidad nuestra información.

Formación del suelo y erosión

  En la entrada anterior hablamos sobra la importancia de tener un suelo vivo mediante la adición de materia orgánica, en ésta ocasión entra...